miércoles, 20 de enero de 2010

...comida Thai


El viernes recién pasado fue uno de esos días en que llego a casa agotado. La semana había sido bien extenuante y lejos de descansar en las tardes, el gimnasio y otras actividades sociales, me habían quitado el ánimo por completo y lo único que quería era dormir. Me tiré a la cama un buen rato, ojos cerrados, luces apagadas y la ventana bien abierta para sentir la brisa (estos días el calor en Santiago es irritable). Suena el citófono, llegan mis amigos.

No lo había olvidado, estaba agotado pero no podía olvidar que esa noche mis amigos y yo tendríamos un encuentro cercano con el arte culinario. Comida Thai dijo Nacho, comida thai? no que era comida india? ...No, está noche cocinaremos comida típica de Tailandia. Comienza la aventura.

La cocina se hizo chica, éramos cuatro comensales, cuatro cocineros, cuatro aficionados. Bueno, no podría decir que Nacho y Mauro son aficionados pues las veces que he tenido la oportunidad de probar de su experticia en la cocina he quedado fascinado, sin embargo esa noche Mauro también era un discípulo del pequeño maestro Nacho, que no aprendió este arte de la cocina leyendo típicas recetas ni por Internet, fueron los años que vivió en Asia.

Tú corta en pequeños trozos el pollo, tú te encargas de las verduras, saltéame las cebollas. Fran, tu cocina es re chica, tienes un cuchillo mejor? hay que comprar leche de coco, por casualidad tienes miel? nos tomamos unas fotos? jajaja que buena aventura. No podía haber un panorama mejor que este, relajados, siendo testigos de cómo poco a poco un revoltijo de pollo, muchas verduras, algo de miel, y un sin fin de condimentos bien picantes iban tomando forma en uno de los más exquisitos platos que he probado en mi vida (y no estoy exagerando).

Amo hacer cosas tan sencillas como estas, estar con gente que quiero, aprender algo que no sabía, reírme mucho y disfrutar de una excelente cena acompañada de un buen vino. Es viernes por la noche, a mi lado gente muy especial, disfrutando cada minuto, riéndonos por todo. Comida Thai, no podía haber sido mejor el panorama.

miércoles, 6 de enero de 2010

...2008, 2009, 2010


Llegó el 2010, pasaron las fiestas, el descanso y los días festivos, poco a poco tomo el ritmo nuevamente. A no ser por un leve descenso de la población, que ya ha comenzado a veranear, todo sigue como siempre en Santiago, soportando días de mucho calor y noches muy extrañas, a veces calurosas a veces frías.

Por lo general todo el mundo hace un balance de las cosas que ha vivido, ya sean avances o retrocesos. Yo también hago mis balances, no soy una persona que vive el día a día. Creo que la persona cuyo objetivo en la vida es no hacer nada generalmente lo consigue, no es mi caso, a mí me gustan los desafíos, he vivido en torno a ellos desde que compartía el liderazgo con jóvenes en la iglesia, en mis propios estudios, en mis viajes y en gran parte de lo cosas que he adquirido.

El 2008 fue uno de los años más provechosos que he tenido, gran parte de mis proyectos y ambiciones personales fueron tomando forma. Fue un lindo tiempo de estabilidad emocional, laboral y profesional. Año en que llegué a mi departamento y pude realizar uno de los viajes más ansiados de mi vida.

El 2009 siguió siendo un año positivo en lo que a laboral y profesional se refiere. Sin embargo en lo emocional fue un año que comenzó con muchos sinsabores, un tiempo de melancolías, penas, confusiones y soledad. Mi poca experiencia en algunos temas hizo que me metiera en algunos grandes líos. También me estresé como muchos y quise mandar todo bien lejos. Mi fe en Dios y la compañía de la gente que me quiere me hizo salir adelante. Es increíble el refugio que encuentro en Dios y en la gente que me rodea en los momentos en que los necesito.

El 2010 medito en todo lo vivido anteriormente, especialmente las cosas que no anduvieron bien y las que me causaron dolor. No porque quiera ser masoquista sino más bien porque cada experiencia me ha dejado más de una enseñanza. Las experiencias son una lección para tener guía en mi ruta, para no perder el rumbo ni salirme del camino. En este año no quiero volver a tropezar con las mismas piedras ni cometer los mismos errores. No quiero dejar de hacer lo que debo hacer, ni quiero perder tiempo haciendo lo que no debo. No quiero perder a la gente que quiero, quiero jugármela por la gente que vale la pena, la gente honesta, real y sincera. Quiero enmendar las cosas que he hecho mal en la vida y seguir construyendo lo que hago bien. Quiero perdonar cuando me hieran o dañen y ser perdonado cuando yo hiera, ofenda o dañe.

Quiero ser feliz y entregar felicidad, en eso estoy...