miércoles, 6 de enero de 2010

...2008, 2009, 2010


Llegó el 2010, pasaron las fiestas, el descanso y los días festivos, poco a poco tomo el ritmo nuevamente. A no ser por un leve descenso de la población, que ya ha comenzado a veranear, todo sigue como siempre en Santiago, soportando días de mucho calor y noches muy extrañas, a veces calurosas a veces frías.

Por lo general todo el mundo hace un balance de las cosas que ha vivido, ya sean avances o retrocesos. Yo también hago mis balances, no soy una persona que vive el día a día. Creo que la persona cuyo objetivo en la vida es no hacer nada generalmente lo consigue, no es mi caso, a mí me gustan los desafíos, he vivido en torno a ellos desde que compartía el liderazgo con jóvenes en la iglesia, en mis propios estudios, en mis viajes y en gran parte de lo cosas que he adquirido.

El 2008 fue uno de los años más provechosos que he tenido, gran parte de mis proyectos y ambiciones personales fueron tomando forma. Fue un lindo tiempo de estabilidad emocional, laboral y profesional. Año en que llegué a mi departamento y pude realizar uno de los viajes más ansiados de mi vida.

El 2009 siguió siendo un año positivo en lo que a laboral y profesional se refiere. Sin embargo en lo emocional fue un año que comenzó con muchos sinsabores, un tiempo de melancolías, penas, confusiones y soledad. Mi poca experiencia en algunos temas hizo que me metiera en algunos grandes líos. También me estresé como muchos y quise mandar todo bien lejos. Mi fe en Dios y la compañía de la gente que me quiere me hizo salir adelante. Es increíble el refugio que encuentro en Dios y en la gente que me rodea en los momentos en que los necesito.

El 2010 medito en todo lo vivido anteriormente, especialmente las cosas que no anduvieron bien y las que me causaron dolor. No porque quiera ser masoquista sino más bien porque cada experiencia me ha dejado más de una enseñanza. Las experiencias son una lección para tener guía en mi ruta, para no perder el rumbo ni salirme del camino. En este año no quiero volver a tropezar con las mismas piedras ni cometer los mismos errores. No quiero dejar de hacer lo que debo hacer, ni quiero perder tiempo haciendo lo que no debo. No quiero perder a la gente que quiero, quiero jugármela por la gente que vale la pena, la gente honesta, real y sincera. Quiero enmendar las cosas que he hecho mal en la vida y seguir construyendo lo que hago bien. Quiero perdonar cuando me hieran o dañen y ser perdonado cuando yo hiera, ofenda o dañe.

Quiero ser feliz y entregar felicidad, en eso estoy...

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