miércoles, 16 de noviembre de 2011

...victima de una estafa

Hoy no debiera ser un buen día, fui victima de una estafa. No se de que manera ni como desde el extranjero sacaron todo el dinero que tenía en mi cuenta, me dejaron en cero peso. De alguna forma (reitero no se cómo) mi tarjeta fue clonada, mi clave hurtada y mi cuenta corriente saqueada. Ya fui al banco, hice todos los trámites correspondientes al protocolo de estafa, firmé hasta el último papel y ahora debo esperar una investigación para que el banco aclare lo sucedido y vea si corresponde o no aplicar el seguro base con el que debiera contar mi cuenta corriente.

A pesar de todo esto hoy llegué sonriendo a mi trabajo. Alguien me preguntó, ¿crees que todo esto sea motivo para reír? mmm reflexioné un rato, la verdad que no, no hay motivos para sonreír, debiera estar molesto, quizás airado, cabizbajo y muy preocupado, ya que tendré que conseguirme dinero para pagar las cuentas pendientes. Sin embargo hoy no puedo dejar de sonreír, no puedo permitir que las circunstancias adversas, injustas y hasta perversas me hagan perder un solo día de vida prestada, prestada por Dios para vivirla abundantemente. De seguro hay algo bueno para mí hoy, algo que no dejaré que se pierda.

Muchas veces nuestro ánimo funciona como una montaña rusa. Nos sentimos arriba en la cúspide, de pronto descendemos abruptamente llegamos al nivel más bajo, nuestro ánimo decae, nuestro rostro por el suelo, así nos ve la gente, lo lee en nuestros ojos, parece que tocamos piso. De pronto lentamente volvemos a ascender para llegar a la cúspide otra vez, ahí volvemos a sonreír, a pasarlo bien, y decimos “que feliz me siento”. Todo esto resultado de que limitamos la sonrisa, la alegría, la gratitud de vivir al momento o circunstancia por la que atravesamos.

Alguien escribió por ahí “si tu problema tiene solución, de que preocuparse? y si tu problema no tiene solución, de que preocuparse?”…de seguro que son sabias palabras que nos recuerdan vivir la vida sin preocupaciones sin estrés, sin temores. Por otra parte, no puedo olvidar palabras que aprendí de pequeño “estén siempre gozosos, oren a Dios y den gracias en todo”

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